Un cúmulo intencionado y partidista de errores, llevó al presidente del Parlamento Europeo, señor Tajani, a impedir la acreditación de los eurodiputados Puigdemont y Comín. La vuelta a tiempos atrás es acelerada. Si antes se marcaba a determinados colectivos privándoles de derechos, parece, a instancias de un estado que se cree demócrata, y ya con poder en altas instancias comunitarias, que estas, al menos de momento, no se van a estar por chiquitas, y que van a mantener un duro y correcto orden, sin reprimendas al estado que las ordena. Al menos eso parece, salvo reacción de otras instancias europeas y europarlamentarios.