Parece ser, que un partido tan golpeado por la corrupción, como es el Partido Popular, sólo existan pruebas gráficas y documentales, cuando afectan a mujeres de este partido. Parece ser, que Esperanza Aguirre, llevaba una unidad móvil detrás de su coche oficial, cuando de manera errónea, paró en una calle de Madrid, a sacar dinero de un cajero automático, o que Cristina Cifuentes, por un affaire académico, del cual el jefe actual del Partido Popular, el señor Casado, también lo tuvo, y hasta el momento ha salido airoso, bien escudado por Teodoro García Egea, fuese condenada, por unas grabaciones, por una sustracción de unos cosméticos con un valor, nunca superior a 50 Euros. ¿ Una carrera política de una presidenta de la Comunidad de Madrid, valen unas grabaciones de una cámara de seguridad, y por 50 Euros de valor ?. ¿ No funcionaron los arcos de seguridad ?. En fin, parece ser que de los casos de corrupción Kitchen, Gurtel, etc… , ya he perdido la cuenta, y la verdad que no me interesan los casos de corrupción del Partido Popular, es más, diría que me importa lo más mínimo el Partido Popular, sino fuera por estos tics de autoritarismo, y en especial contra las mujeres, y entiendo, por higiene democrática, deben ser denunciados.
Y ahora, como salido de la chistera, sale el caso del hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la señora Ayuso, cuando más amenazado estaba el señor Casado, y como un torpedo teledirigido desde altas órbitas del partido, se dirige una vez más como muestra de machismo ibérico, contra una política emergente, la señora Ayuso, y en este momento, y no otro.
Es obvio el enfado, de la presidenta de la Comunidad de Madrid, por haber escogido justo este momento, y porque si un miembro de tu familia, ha realizado un acto ilícito, que está por ver, no quiere decir que toda tu familia sea de la misma condición, y que en el mismo interviniese directamente la señora Ayuso.
En fin, vivimos en el siglo XXI, año 2022. Aquí no gobierna el más macho, sino quien se lo merece, y convence con su política a la gente.
Señor Casado, haga sus estudios dignamente, y demuestre que usted ha sido una persona digna y honrada. De lo contrario, no vaya dando lecciones de moralidad, ni instrumentalice una política inquisitorial, en el momento más oportuno, y a toda costa, escondiendo unas vergüenzas, que por ser tan evidentes e irrefutables, son imposibles de esconder.
Señor Casado, lleve y dirija su partido, con la dignidad debida.